Como ventajas frente a otros métodos de separación de sólidos, se tiene la minimización de tiempo de personal requerido para la gestión del sólido, así como la minimización del volumen necesario para almacenarlo. Además, se logra un sólido con menos olor y con una consistencia que permite mejorar las condiciones de almacenamiento y confinamiento del mismo, mejorando así las condiciones sanitarias de las instalaciones del tambo.